EXCURSION DOMINGUERA A LAS NAVAS DEL MARQUÉS (ÁVILA)
sobre la calle de GARCIA DEL REAL allí existente.
1 - EXCURSION DOMINGUERA A LAS NAVAS DEL MARQUÉS (ÁVILA)
El domingo 18 de Junio de 2000 en busca de información
sobre la calle de GARCIA DEL REAL allí existente.
El descubrimiento de dicha calle lo realizó hace ya varios años mi primo Luis García del Real. Al parecer, buscando dónde comer en Las Navas, consultó en la guía Campsa, y encontró un restaurante llamado MONTECARLO situado en la calle de GARCÍA DEL REAL. Recorrió la calle, hizo una foto y comió en el citado restaurante. No recuerda porqué, pero se trajo la idea de que el GARCÍA DEL REAL de la calle era militar.
Desde que Luis me habló de la citada calle, hace ya unos meses, acordamos realizar una excursión investigadora conjunta a Las Navas del Marqués.
Por fin, y después de algunos aplazamientos por distintos motivos, el día 18 de Junio del año 2000 nos fuimos en plan dominguero al citado pueblo. Nos acompañaron además de nuestras respectivas mujeres, Carolina Torralva y Margarita Caballero, la hija menor de Luis, Rocío y nuestros comunes amigos José Ramón Ramiro afamado explorador con gran experiencia en expediciones africanas y su mujer Carmen Monasterio, ilustre abogado, con sus dos hijos.
El viaje se realizó sin apenas incidentes. Habíamos quedado citados en el centro del pueblo o plaza importante sobre las 12.30 horas. En un pequeño lapso de tiempo allí aparecimos Luis, Federico y José Ramón por éste orden y con sus respectivos y anteriormente citados acompañantes. El único hecho digno de mención es que coincidimos con una excursión-concentración de antiguos pero flamantes Seat-600. Parte del viaje por este motivo se hizo lento pero agradable.
Inmediatamente comenzamos la labor investigadora recorriendo gran parte de la calle GARCÍA DEL REAL. Es una calle muy larga y recta que sale del pueblo hacia una zona de chalets de veraneantes. Gran parte de ellos son antiguos y en estado de semi-abandono. Al final de la calle hay alguna edificación reciente. Como es lógico, íbamos preguntando a todo bicho viviente sobre sus conocimientos del origen del nombre de la calle. Ni los veraneantes de Madrid, ni los lugareños de distintas edades a los que preguntamos nos sacaron de dudas. Algunos de ellos no sabían ni si quiera cómo se llamaba la calle. Fotografiamos varios rótulos de la calle como documento gráfico de la labor realizada.
Tras una hora larga de arduo y poco fructífero trabajo investigador, pero sin desanimarnos, acudimos al bar del restaurante MONTECARLO, en el número 24 de la propia calle. Allí, tras reponernos con un par de cervezas, continuamos con nuestra labor. Preguntamos a un camarero; éste nos dirigió a otro, y éste último nos dijo que él no sabía el origen de la calle, pero que su padre, seguro que sí. Resulta que su padre, Don Manuel Rosado Ran, había sido alcalde del pueblo durante 20 años. Estaba allí sentado en una mesa del bar, y a pesar de que la comunicación con él no era fácil pues había sufrido algún derrame cerebral, con la inestimable ayuda de su amable hijo como intérprete, averiguamos que el GARCÍA DEL REAL de la calle fue uno de los primeros veraneantes que hubo en Las Navas del Marqués. Nada más. Ni el nombre de pila, ni el segundo apellido, ni el porqué de darle su nombre a una calle del pueblo ….
Al menos, ya teníamos algún dato, y además de una fuente, al parecer, fiable.
Con buena idea, Luis preguntó a unos vecinos del lugar por un sitio para comer. Le indicaron que además del Montecarlo, podíamos ir a un sitio llamado El Campano, y le indicaron por dónde ir. La tasca se llamaba «Aquí el Campano» y resultó un lugar pintoresco. Eran los inventores del autoservicio pues tras la barra atendida por un atareado personaje llamado Antonio el Campano, se leía «monte Vd. mismo su mesa». Sobre la misma barra estaban todos los bártulos necesarios para ello. Nos instalamos y montamos la mesa cuatro. Allí comimos un poco de todo, macarrones con tomate llamados «tuberías», sopa de cocido, un par de platos de alubias blancas, chuletas de cordero y morcilla del lugar, todo ello regado con un buen vino de Cebreros, gaseosas, cervezas y aguas a granel. Helados, cafés y copas.
La cuenta la terminó nuestro amigo Antonio pidiéndonos permiso para añadir 150 pesetas para una cerveza que se iba a tomar a nuestra salud.
Nos confirmó que era un veraneante. De la época en que iban por el pueblo Vicente Aleixandre (1) y Camilo José Cela.
Quedamos con el «Campano» en regresar al lugar en septiembre. Para entonces nos informará de sus averiguaciones sobre el misterioso García del Real. El veraneante de Las Navas del Marqués.
Al día siguiente, el lunes 19, Luis llamó al Ayuntamiento de Las Navas del Marqués. Allí habló con un señor de 64 años, que conoció al veraneante GARCIA DEL REAL que da nombre a la calle del pueblo.
Le dijo que se llamaba ANTONIO. Era escritor o arquitecto. ¿? Casado con María Matute Sanz. No tuvieron hijos pero adoptaron a un sobrino o sobrino segundo. No se sabe si le dieron el apellido.
En el lugar donde está hoy el restaurante MONTECLARO, estaba su chalet.
Le dió el nombre y el teléfono de dos personas que pueden proporcionar más información:
MARÍA MATUTE UBERO , sobrina de la mujer de Antonio García del Real . Tiene 90 años.
PAULINO MATUTE.
También le dijo que la calle se llamó durante un tiempo calle de Carrero Blanco.
En la tarde del mismo lunes 19 de junio de 2000 continué con las averiguaciones.
Llamé a Mª Matute Ubero. Contestador.
Llamé a Paulino Matute y hablé con él. Tiene 65 años. Me cuenta que Mª Matute, la mujer de Antonio García del Real era hermana de su abuelo. El no los conoció. El sobrino adoptado se llamaba también Antonio, pero cree que no le dieron el apellido García del Real. El vive en las Navas, igual que Mª Matute Ubero, que me confirma, tiene 90 años y que es prima de su padre (es decir, sobrina de la mujer de Antonio García del Real) y que puede tener más información. Me dice que lo que hizo Antonio García del Real, fue bajar las aguas al pueblo.
Por la noche envié sendos correos electrónicos a dos direcciones encontradas en Internet. Una de ellas es una página digamos turística sobre el pueblo. Monumentos, turismo, etc. La otra es la página de una discoteca llamada «Tan Tan» y un bar de copas llamado «El Convento». Entre otras cosas habían colocado en Internet una amplia colección de fotos de Pamela Anderson. Curiosamente la dirección de ésta última es de un tal Matute. A ambos les conté nuestro interés en averiguar lo más posible sobre el García del Real de la calle y les solicité su colaboración.
Repasando todos los García del Real «fichados» hasta el momento, los únicos llamados Antonio están en Granada. Es difícil que fueran a veranear a Ávila. El que sí podría ser es el Antonio G. del Real autor de la novelita picaresca citada en la página de la literatura. La época además encaja.
Y hasta aquí llega, de momento, la investigación.
Federico García del Real Viudes
———–
(1) Vicente Aleixandre.
Málaga 1898-Madrid-1984 Nobel de Literatura en 1977. Poeta de la generación del 27
1917: Estando en las Navas del Marqués (Ávila) tiene lugar un encuentro decisivo. Aleixandre conoce a Dámaso Alonso, quien, al prestarle una antología de Ruben Darío, le descubre su vocación poética.
2 - NUEVA EXCURSION A LAS NAVAS DEL MARQUÉS
Tras el apellido García del Real
el domingo 20 de Mayo de 2001
( por Julio García del Real Ruizdelgado )
Lástima que haya pasado bastante tiempo desde que un buen número de integrantes de la familia García del Real nos reunimos en Las Navas del Marqués. Cuando empiezo a escribir esto siento que algunos detalles se me escapan, que algo de lo que vimos y oímos en este pueblo, que algunas de las cosas que nos hiceron reir y/o disfrutar, se van a quedar en el tintero o en el olvido. Pero …
Como siempre es Federico García del Real Viudes el que empieza a mover las cosas. Se trata de organizar una nueva «primada», esta vez en el pueblo que posee una calle con nuestro apellido, y que tan sólo conocen él y Luis García del Real Sánchez, el descubridor de tal evento, amén de sus respectivas cónyuges. Por supuesto que el volver aquí y hacerse una foto familiar debajo de la placa con el apellido común es tan solo una excusa para reunirnos unos cuantos miembros de la familia y pasar un estupendo día.
Federico va unos días antes, en plan avanzadilla, para ir preparando la reunión, en aspectos tan importantes como dónde comeremos ….. Será en «El Campano», lugar ya citado en la crónica de la anterior visita a Las Navas del Marqués el 18 de junio del año 2000. Además su dueño se jubila en estas fechas y promete tratarnos espléndidamente. El menú se conoce de antemano y, esencialmente, es el que figura en aquel relato.
La semana anterior se producen numerosos contactos telefónicos con ánimo de saber cuántos García del Real nos reuniremos: parece que vamos a ser un buen número. No sólo parte de los 14 primos de la generación que formamos Federico, Luis o el que esto escribe, sino Fernando, Rosario y Maruja, de la generación anterior, y bastante gente joven de la generación siguiente. A estos se les va estimulando con sugerencias del tipo «también van a ir a los hijos de Fulanito o Menganito». Además los miembros de esta generación van creciendo y empiezan a disfrutar con estas reuniones familiares. Lástima que para estos chavales sea una época nefasta, torturados por el fin de curso y los correspondientes exámenes.
En total nos hemos juntado 28 García del Real, descendientes de Federico García del Real Hernández y su mujer Cándida Hernández Pariente, padres, abuelos o bisabuelos respectivamente de los que a continuación se relacionan:
– De la parte García del Real Viudes tienen el acierto de acudir a pasar un maravilloso día:
– Maruja
– Federico, su mujer Marga y sus dos hijos Federico y Sara.
– Rosario y su marido Matías.
– José Carlos y sus dos hijos Luna y José Carlos.
– (Otros hijos de Maruja se excusan o dejan abierta su participación hasta muy ultimísimo momento -tan último que no aparecen-).
– De los García del Real Abia se lo pasaron en grande todos los integrantes de esta rama salvo Izaskún, es decir:
– Fernando y Rosario, su hija Sarín y su yerno Juanjo.
– Los García del Real Ruizdelgado son los mejor representados pues aparecen a disfrutar de la primada unos cuantos:
– Mª Dolores y su marido Antonio, más su hijo Pablo.
– Enrique con su mujer Carmen y sus hijas María (en la alegre compañía de su novio Javi, que participa por vez primera en una reunión de este tipo) e Isabel.
– Julio en compañía de la inseparable (los fines de semana) Rosa. En honor de ésta hay que decir que trabaja el sábado por la mañana, víspera de la reunión, viaja de Gijón a Madrid la tarde de ese día y regresa a Asturias la mañana del lunes. Evidentemente la finalidad de tan apretado viaje es no perderse el acontecimiento.
– Mercedes, que afortunadamente está en Madrid estos días, dándose un alivio de tanta agua como está cayendo esta temporada por Ferrol.
– Finalmente de los García del Real Sánchez se lo pasaron como enanos Luis, el único que vive en Madrid, junto con su mujer Carol y una de sus hijas, Rocío.
No es momento de excusar a los no asistentes, pero es obvio que los que lean esta crónica sentirán no haber podido asistir al jolgorio. También será un estímulo para futuras ocasiones. (Y luego dicen que la institución familiar está decayendo!).
En resumen, los 28 asistentes se pueden clasificar en los siguientes grupos generacionales:
– 3 pertenecientes a la generación de los hijos de Federico y Cándida.
– 16 miembros de la generación de los hijos de Enrique, Luis, Federico y Fernando. (9 de los 14 primos, no está nada mal).
– Finalmente, 9 miembros de la prometedora (ya realidad) siguiente generación (que no la última).
La cita, convocada, cómo no, por Federico, esta vez vía email, es a las 12 de la mañana en la plaza del pueblo.
Y es en esta plaza, que uno se da casi de bruces cuando se llega desde Madrid, donde van apareciendo poco a poco la mayoría de los antes relacionados. (Previamente algunos se han parado a entretenerse en el puente sobre el río Cofio a ver como gente con exceso de adrenalina paga por arrojarse al vacío suspendido de una cuerda. En fin …). La placita es un sitio idóneo para ir esperando a los que van llegando: amplio banco donde sentarse, iglesia a la que entrar los que desean echar un rezo, bares para satisfacer múltiples necesidades, como tomar un café …
En Madrid llevamos unos cuantos días con fuertes tormentas. Para hoy también hay anunciado aguacero vespertino. La mañana está nublada, la temperatura es muy agradable…
Pasado un plazo prudencial y, dada la fama de tardones que tienen algunos de los que todavía no han aparecido, se decide emprender el recorrido por el pueblo. La calle García del Real está a tiro de piedra de la plaza de la iglesia, y desde esta se desemboca en la mitad, más o menos, de la calle. Enseguida está el restaurante MONTECARLO donde parece ser que tenía casa o chalet nuestro supuesto antepasado. Un poco más allá una de las dos placas con nuestro común (que no vulgar; común de compartido) apellido. Primeras fotos. Mientras en grupos muy heterogéneos se va caminando muy pausadamente, quien lo desea va leyendo el muy completo dossier (perdón por el anglicismo) que ha preparado Federico, con amplia información sobre ese supuesto antepasado nuestro, sobre el pueblo de Las Navas del Marqués, etc.
La idea (las ideas surgen en el grupo de una forma muy natural y espontánea) es comer prontito y, cuando ya estemos todos los que vamos a ser, ir a hacer la foto bajo la placa con nuestro apellido, o subir al castillo, … O sea, que con la misma tranquilidad que será tónica durante todo el día, enfilamos la que parece una de las calles principales del pueblo hasta desembocar en la amplia plaza de ¿???, con el castillo allá en lo alto, y en uno de cuyos laterales se encuentra «El Campano». Hay unos cuantos que todavía no han llegado y en esta plaza se les espera tranquilamente.
Algunos, en vez de esperar en la plaza, prefieren subir al castillo («más vale pájaro en mano», quién sabe cómo se desarrollará la tarde): Rosario y Matías, Mercedes, Julio y Rosa. Inmediatamente antes de la puerta con reja por la que se accede al castillo hay un coso para corridas de toros, con sus chiqueros, sus pilares verticales con las hendiduras donde introducir los maderos que formarán la barrera, …
Algún avispado lector se preguntará por la investigación sobre el ya varias veces citado como «supuesto antepasado». Ya he avisado que esto no era más que una excusa para la «primada» y para disfrutar de la misma. Pero bueno, algo habrá que hacer, así que hay que aprovechar las oportunidades, y Julio, viendo aproximarse a un viejo muy viejo, que camina en solitario y apoyándose en dos bastones, se acerca a él y empieza a «pegar la hebra» con el propósito de «tirarle de la lengua». Cosa nada fácil pues el tal señor, que por supuesto conocía al tal García del Real, prefiere hablarnos de él mismo, de los tiempos en que fue concejal y alcalde. Sí nos confirma que el García del Real que da nombre a la calle había sido ingeniero topógrafo, que había hecho la traída de aguas al pueblo, que convivía con su criada, con la que más tarde se casó, que no tuvieron hijos, pero que adoptaron a una sobrina de la mujer.
Y de la comida en «El Campano» pues lo mejor que se puede decir es que fue una comida muy singular, en la que el principal atractivo residía en el autoservicio, además de en la buena compañía y el buen yantar, por supuesto. Ya teníamos reservadas las mesas, colocadas en dos largas hileras. Pero lo demás corrió por parte nuestra (con la pequeña ayuda de una hija del Campano): manteles de papel, cubiertos y vasos, pan, … Magnífica la organización al alimón por parte de Antonio, Federico y Julio, con la colaboración de alguno de los que se sentaban cercanos al mostrador.
Se sirven bebidas, se encargan unos chorizos y morcillas para ir apaciguando a los estómagos ya algo impacientes, … Y con un aspecto de casi profesionales de la hostelería entre Antonio y Julio anuncian lo que se puede elegir para cada uno de los dos platos principales, y toman nota de las elecciones de cada quien. En el servicio de los platos que van saliendo de la cocina colabora mucha gente. Todo está muy rico y todos quedamos muy satisfechos. Postres, cafés, … La comida se prolonga. Como Antonio, el Campano, se jubila hoy (hecho del que dan fiel testimonio los jamones colgados por allí de los que sólo quedan los huesos, literalmente) nos invita a acabar con lo poco que queda en las botellas de licor que se encuentran tras el mostrador; y allí vamos pasando a servirnos lo que nos apetece …
Luego vienen las cuentas, que son muy divertidas y, efectivamente, parecen las «cuentas del Gran Capitán». Todo lo que hemos consumido lo recuerda el «Campano» parece que aproximadamente, pero al llegar a las cervezas y refrescos que hemos bebido, cuenta escrupulosamente las chapas que se habían ido depositando al efecto en un amplio cenicero. Y añade la copa que se va a tomar a cuenta nuestra ¿???. Dividimos el total entre los asistentes y, como era de esperar, hemos comido muy bien a un módico precio.
En la plaza todavía hace bueno, pero por la parte del castillo hay un cielo más que gris, que amenaza tormentón. Frente al bar nos hacemos fotos de grupo, hacemos fotos con el «Campano», …
Y ahora la romería es en sentido contrario al que seguimos por la mañana, hasta entrar en la calle García del Real. Empiezan a caer algunas gotas. Algunos van a por los coches. A la altura de la calle en que ésta aparece flanqueda por chalets ya entrados en años, empieza a descargar agua y hay que buscar refugio. Uno de esos chalets tiene una rampa que accede a un garaje y una entrada con unas escaleras en las que hay un pequeño resguardo. Allí nos distribuímos unos cuantos. Cae agua en cantidad y los que están a la puerta del garaje ven sus pies en peligro de ahogamiento, pues el sumidero no da abasto con tanta agua. Los que se han refugiado a la entrada de la casa están más confortables. Alguien se apoya en la puerta y resulta que está abierta. El interior no huele muy bien, pues aquello parece una mezcla de trastero, sitio donde guardar pollos (de olor inconfundible) … Al cabo de un rato aparece de dueño, que ha sido advertido por algún vecino de la afluencia de gente extraña en su casa y que acude a ver qué es lo que está pasando. Una vez que le explicamos las circunstancias se queda muy tranquilo y nos invita a que tomemos posesión de esa casa mientras pasa la tormenta.
Esta, la tormenta, no tiene pinta de pasar, pero sí llueve con menos intensidad y protegidos por paraguas que aparecen en distintos coches y por chubasqueros que también aparecen como milagrosamente, se continúa caminando hacia el final de la calle en busca del segundo letrero con el apellido García del Real. Pese a la lluvia no ha desaparecido en absoluto el buen humor. Prueba de ello es el numerito estilo «Cantando bajo la lluvia» que escenifica la tía Rosario, incluyendo pasos sobre los charcos … Si llega a haber por allí un desagüe de algún tejado, seguro que también se atreve a colocarse debajo … (Queda recogido para la posteridad en el video que realiza Federico).
No para la lluvia. Ya es media tarde, pero la gente está a gusto y reticente a marcharse. Alguien propone continuar la reunión a cubierto en un hotel que hay a la entrada del pueblo y que, supuestamente, debe tener una cafetería amplia, …
Entre desplazamientos, aparcamientos y cafés, transcurre el resto de la tarde. Y como el tiempo continua lluvioso, se disuelve la primada. Creo que a todos nos ha dejado un buen sabor de boca. Habrá que pensar en repetirla.
Las fotos son de Julio García del Real Ruizdelgado y Luis García del Real Sánchez
3 - TERCERA VISITA DE INVESTIGACIÓN A LAS NAVAS DEL MARQUÉS
el 22 de Agosto de 2001
Actualizado el 28 de Mayo de 2002 y de nuevo en Noviembre de 2007
El Campano se ha convertido en la Taberna de la Villa
Me dirijo al Ayuntamiento. Allí llaman por teléfono a un empleado municipal recién jubilado para recabar información.
Me facilitan un plano de la localidad y no me aportan nada que no fuera ya conocido. Que era un veraneante, militar?, que casó con María Matute, que no tuvo hijos, que su chalet estaba donde hoy está el restaurante Monteclaro. También me informan de que no está enterrado en el Cementerio de la localidad, sino posiblemente en Madrid.
Me facilitan el nombre de dos sobrinos de María Matute que pueden tener información. Son Ernesto y Angelines Martín Matute y me indican dónde veranean, pues viven en Madrid.
Me dirijo a casa de Angelines y cuando estoy llamando a la puerta sin obtener más respuesta que los ladridos de un perro, se me acerca un grupo de señoras, identificándose, una de ellas, como Julia, mujer de Ernesto y cuñada de Angelines.
Le cuento a Julia el asunto, que desconoce por completo. Ni siquiera sabe que el García del Real de la calle pudiera ser familiar de su marido. Lo que sí me confirma es que «tía María» falleció hace 3 meses. Me facilita el teléfono de Angelines.
El viernes 24 de agosto de 2001 hablo por teléfono con Angelines.
Me cuenta un montón de cosas. El sobrino de María Matute Sanz (tía Malle) que crió junto a Antonio García del Real, se llama Antonio de Cea. Debe tener unos 65 años. Está viudo y ha sido Topógrafo del Metro. Antonio García del Real era Ingeniero Agrónomo, falleció alrededor de 1950. Debe estar enterrado en la Almudena. Tenía en la azotea del chalet de las Navas un telescopio y era muy «niñero». Fue muy amigo del ministro José Cortés (?), el cual le propuso entrar en política. Angelines le recuerda sentado en el porche del chalet, en una mecedora azul, con una manta cubriéndole las piernas y rodeado de sobrinos. Angelines me da los nombres con los que dibujo el árbol de los Matute. Me dice que le llame dentro de unos días, que hablará con sus primos del tema para averiguar el segundo apellido de Antonio García del Real. También me conseguirá el teléfono de Antonio de Cea.
El 5 de Septiembre vuelvo a llamar a Angelines. No ha averiguado nada nuevo. No localiza a su primo Antonio de Cea. Me dice que Antonio tiene varios hijos, uno de ellos médico. Le llamaré más adelante, pues se presta a sacar el tema cada vez que se reúna con algún familiar.
Al mismo tiempo he intentado averiguar algo del tal Antonio de Cea en el Metro, donde conozco a un directivo. Resultado fallido, no figura nadie con ese nombre. No debió pertenecer a la plantilla del Metro, sino a alguna empresa que trabajara para ellos.
4 - García del Real franceses
Lo que empezó hace muchos años con el descubrimiento de una calle con el nombre de GARCÍA DEL REAL en un pueblo de la provincia de Ávila, (ver NAVAS 1, 2 y 3) y que generó una larga investigación y bastantes datos encontrados, además de una primada en dicho pueblo de Las Navas del Marqués el 20 de Mayo de 2001, continúa.
En Noviembre del año 2007 recibí un correo desde Francia . Tras varios meses de intercambiar información, muchos correos electrónicos y también muchos meses de inactividad por mi parte, ya por fin, continúo con el tema.
Resulta que el García del Real de Las Navas del Marqués, del que habíamos reconstruido gran parte de su vida, tuvo otra parte de ella, anterior, y hasta ahora desconocida, y existe toda una rama de descendientes suyos en Francia, que hasta podrían ser parientes nuestros.
Esta es la historia completa que conocemos hasta hoy de ANTONIO GARCÍA DEL REAL MANCHOLA, “el de Las Navas del Marqués”:
Antonio García del Real Cernuda, fallecido en Madrid el 26 de Abril de 1899, sepultado en el Cementerio de la Almudena el día 27.
Josefa Manchola, fallecida en Madrid el 12 de Enero de 1910. Sepultada en la Almudena junto a su marido.
Fueron padres de:
Ángeles García del Real Manchola, nacida en Madrid el 9 de Noviembre de 1864. En 1890 (con 26 años) vivía en la calle de Alcalá nº 41, de Madrid, era modista y estaba soltera.
Antonio García del Real Manchola, nacido en Madrid el 15 de Julio de 1866 y fallecido el 26 de Marzo de 1949. Sepultado el 28 de Marzo en la Almudena en la misma sepultura que sus padres.
En París, durante la exposición internacional de 1889 conoció a Marie Alphonsine Demesy Gousset, nacida en Ronchamps, territorio de Belfort (Haute Saone), nacida el 3 de Enero de 1870. Antonio tenía 23 años y Marie Alphonsine 19.
En 1890, (con 24 años) vivía en Madrid, en la calle de Alcalá nº 41 y era estudiante de Arquitectura, posiblemente.
Con 28 años, el 6 de Abril de 1895 nace en Granada, en la calle del Candil, nº 4, su hija María Dolores García del Real Demesy. Se la conocería por Loly.
Posteriormente tuvieron un varón que falleció de niño.
Entre 1902 y 1904 Antonio se desplaza con frecuencia a Las Navas del Marqués, provincia de Ávila, por motivos de trabajo. Fue el responsable, como arquitecto, de llevar el agua al pueblo, por lo que se conserva hoy allí una calle con su nombre en su memoria.
También construyó en Madrid el taller del pintor Joaquín Sorolla y el de Lázaro Galdiano, así como un chalet en Las Navas que posteriormente perteneció a la Infanta Eulalia de Borbón, hermana del rey Alfonso XII.
La familia veraneaba también en Las Navas, al menos hasta 1907. Otras veces pasaban los veranos en San Vicente de la Barquera.
María Dolores García del Real Demesy casó con René Vallois, arqueólogo, (nacido en Brienne le Château, Aube, el 18 de Marzo de 1882) en Madrid el 3 de Marzo de 1917. Loly tenía 22 años y él 35.
El 22 de Junio de 1919 nace en Madrid el primer hijo de este matrimonio, Maurice.
Posteriormente, nacieron en Bordeaux, Anne-Marie (11/04/1921) y Pierre-Henri (15/07/1925).
En total son 13 los nietos de Dolores García del Real Demesy:
Maurice Vallois (1919-2004) tuvo tres hijos y una hija:
Patrick (1947), padre de Leonard
Chantal (1951), madre de Morgan (1977), Quentin (1981) y Ségoléne (1984).
Thierry (1955), padre de Maeve (1986)
Alan (1957), padre de Loica (1986) y de Fiona (1989)
Anne Marie Vallois (1921-1997) casó con Patrick Meekel (1920-2005) y tuvieron cuatro hijos y cuatro hijas:
Paul (1947)
Christiane (1948)
François (1949)
Isabélle (1953)
Jacques (1954)
Hélène (1957)
Denis (1962)
Claire (1963)
Pierre-Henri (1925), tiene un hijo, Philippe (1948).
Los abuelos, Antonio y Marie Alphonsine, se divorciaron en 1933. Él con 67 años y ella con 63. Ella falleció en Madrid en 1939 al los 69 años. Vivió en el Paseo del Cisne, nº 9 y parece que ocultó su divorcio a sus nietos “franceses” de 8, 12 y 14 años, diciéndoles que el abuelo había fallecido.
Antonio vivió en Las Navas junto a la que parece ser que era en principio su criada, María Matute Sanz, durante años. No sabemos si llegaron a casarse. No tuvieron hijos, pero con ellos vivía un sobrino de María llamado Antonio.
En el pueblo me contaron que fue uno de los primeros veraneantes, que bajó las aguas al pueblo. Allí conoció a Vicente Aleixandre y a Camilo José Cela.
María Matute fue sepultada en el Cementerio de La Almudena de Madrid, junto a Antonio y a los padres de éste.
Hay un dato intrigante en la vida de Antonio García del Real Manchola y es el hecho de que viviera en Granada en 1895, cuando nació su hija Loly. ¿Por qué se fue a Granada a tener una hija, cuando era madrileño, se había casado en Madrid y allí había transcurrido gran parte de su vida?. Quizá su padre y abuelos fueran de allí. El día que averigüemos esto y si es cierto que sus antepasados fueron granadinos, uniremos a este misterioso García del Real con nuestros antepasados y tendremos entonces unos parientes franceses.
No se cuándo, pero continuará….